Lluvia Ácida
El concepto de lluvia ácida engloba cualquier forma de
precipitación que presente elevadas concentraciones de ácido sulfúrico y
nítrico. También puede mostrarse en forma de nieve, niebla y partículas de
material seco que se posan sobre la Tierra.
Fotografía de David Woodfall y Getty Images
La capa vegetal en descomposición y los volcanes en erupción
liberan algunos químicos a la atmósfera que pueden originar lluvia ácida, pero
la mayor parte de estas precipitaciones son el resultado de la acción humana.
El mayor culpable de este fenómeno es la quema de combustibles fósiles
procedentes de plantas de carbón generadoras de electricidad, las fábricas y
los escapes de automóviles.
Cuando el ser humano quema combustibles fósiles, libera
dióxido de azufre (SO2) y óxidos de nitrógeno (NOx) a la atmósfera. Estos gases
químicos reaccionan con el agua, el oxígeno y otras sustancias para formar
soluciones diluidas de ácido nítrico y sulfúrico. Los vientos propagan estas
soluciones acídicas en la atmósfera a través de cientos de kilómetros. Cuando
la lluvia ácida alcanza la Tierra, fluye a través de la superficie mezclada con
el agua residual y entra en los acuíferos y suelos de cultivo.
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La lluvia ácida tiene muchas consecuencias nocivas para el
entorno, pero sin lugar a dudas, el efecto de mayor insidia lo tiene sobre los
lagos, ríos, arroyos, pantanos y otros medios acuáticos. La lluvia ácida eleva
el nivel acídico en los acuíferos, lo que posibilita la absorción de aluminio
que se transfiere, a su vez, desde las tierras de labranza a los lagos y ríos.
Esta combinación incrementa la toxicidad de las aguas para los cangrejos de
río, mejillones, peces y otros animales acuáticos.
Algunas especies pueden tolerar las aguas acídicas mejor que
otras. Sin embargo, en un ecosistema interconectado, lo que afecta a algunas
especies, con el tiempo acaba afectando a muchas más a través de la cadena
alimentaria, incluso a especies no acuáticas como los pájaros.
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La lluvia ácida también contamina selvas y bosques,
especialmente los situados a mayor altitud. Esta precipitación nociva roba los
nutrientes esenciales del suelo a la vez que libera aluminio, lo que dificulta
la absorción del agua por parte de los árboles. Los ácidos también dañan las
agujas de las coníferas y las hojas de los árboles.
Hoja de pino afectada en la izquierda, hoja de pino sana en
la derecha.
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Los efectos de la lluvia ácida, en combinación con otros
agentes agresivos para el medioambiente, reduce la resistencia de los árboles y
plantas a las bajas temperaturas, la acción de insectos y las enfermedades. Los
contaminantes también pueden inhibir la capacidad árborea de reproducirse.
Algunas tierras tienen una mayor capacidad que otras para neutralizar los
ácidos. En aquellas áreas en las que la «capacidad amortiguadora» del suelo es
menor, los efectos nocivos de la lluvia ácida son significativamente mayores.
Pero no sólo a los seres vivos afecta, sino que corroe
las construcciones e infraestructuras humanas. Por ejemplo estatuas y
monumentos hechos de mármol o caliza, se deshacen con cada lluvia ácida.
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Incluso un estudio de 2005 descubrió que el sulfato de la
lluvia ácida reduce el metano que se produce en las zonas de pantanos, o sea
que a la larga también potencia el efecto invernadero que ha producido el calentamiento
global y el cambio climático que tanto sufrimos hoy en día.
La lluvia ácida no solo tienes efectos sobre los ecosistemas
de animales y plantas, sino que también tiene efectos nocivos para la salud de
los seres humanos. A pesar de que la lluvia ácida no se ve ni se siente
distintas que la lluvia normal, es muy perjudicial. La lluvia en sí misma no lo
es, puesto que incluso podríamos nadar en ella sin tener que preocuparnos. Son
las partículas de gases contaminantes que dejan en la atmósfera las
que sí son peligrosas para el ser humano. Estas partículas pueden ser
transportadas a cientos, miles de kilómetros, por ejemplo, por efecto del
viento.
No está comprobado que la lluvia ácida tenga efectos nocivos
sobre la salud humana a corto plazo, pero muchas organizaciones advierten sobre
los peligros de la exposición prolongada a este tipo de lluvia. Además, la
lluvia ácida sí puede ser causa indirecta en diversos problemas de salud.
Por ejemplo, puede corroer tuberías y provocar que el agua potable se mezcle
con metales de las cañerías antes de llegar a los hogares, por citar un
ejemplo.
La única forma de luchar contra la lluvia ácida es reducir
las emisiones de los contaminantes que la originan. Esto significa disminuir el
consumo de combustibles fósiles. Muchos gobiernos han intentando frenar las
emisiones mediante la limpieza de chimeneas industriales y la promoción de
combustibles alternativos. Estos esfuerzos han obtenido resultados
ambivalentes. Si pudiéramos detener la lluvia ácida hoy mismo, tendrían que
transcurrir muchos años para que los terribles efectos que ésta genera
desaparecieran.
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El hombre puede prevenir la lluvia ácida mediante el ahorro
de energía. Mientras menos electricidad se consuma en los hogares, menos
químicos emitirán las centrales. Los automóviles también consumen ingentes
cantidades de combustible fósil, por lo que los motoristas pueden reducir las
emisiones nocivas al usar el transporte público, vehículos con alta ocupación,
bicicletas o caminar siempre que sea posible.
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Videos explicativos sobre la lluvia ácida:
Artículo Lluvia ácida "podría ser beneficiosa":
Bibliografía
http://elblogverde.com/que-es-la-lluvia-acida/
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